
Elecciones 2023 | Alberto Fernández, entre la soledad de Olivos y el golpe final de Cristina Kirchner
Alberto Fernández votó solo, temprano, y volvió directo a la Residencia oficial de Olivos. Allí, poco después, más marginado que nunca de la contienda electoral, recibió el nuevo golpe de Cr...
Alberto Fernández votó solo, temprano, y volvió directo a la Residencia oficial de Olivos. Allí, poco después, más marginado que nunca de la contienda electoral, recibió el nuevo golpe de Cristina Kirchner. Inesperado en una jornada en la que todo parece estar calculado milimétricamente desde el comando de campaña, la vicepresidenta, fiel a su estilo, se despegó con dureza de la administración del mandatario que ella misma eligió en mayo de 2019 y le apuntó con dureza al sostener: “El que decide es el Presidente y yo no fui escuchada”.
El entorno del presidente, cada vez más reducido, eludía responder cómo cayó puertas adentro la declaración. Quienes sí lo hicieron, relativizaron el impacto de las palabras de la vicepresidenta. “No es nada nuevo lo que dijo. No sorprende”, dijeron a LA NACION. Sin embargo sí admitieron que “llevaba tiempo sin “pegarle”” al mandatario por lo que sí sorprendió el momento, al que de todos modos contextualizaron en el marco de una entrevista que se le hizo a la vicepresidenta después de votar, en Santa Cruz. Parecía una búsqueda de amortiguar el impacto de una declaración pese a que no la consideraron de “alto voltaje”.
“Son públicas y notorias las diferencias que hemos tenido (con Fernández) desde el 2020... cuando dije que era necesario alinear precios, salarios, tarifas y jubilaciones, pero no fui escuchada”, dijo la exmandataria en referencia a sus dichos en diciembre de ese año, en el estadio Único de La Plata. Sobre esas palabras volvió ella misma nueve meses después de eso, en septiembre de 2021, cuando tras la derrota del oficialismo en las elecciones de medio término, en una carta pública al mandatario, Kirchner sostuvo: “Como no soy mentirosa y mucho menos hipócrita (nunca digo en público lo que no sostengo en privado y viceversa), debo mencionar que durante el año 2021 tuve 19 reuniones de trabajo en Olivos con el Presidente de la Nación. Nos vemos allí y no en la Casa Rosada a propuesta mía y con la intención de evitar cualquier tipo de especulación y operación mediática de desgaste institucional”.
A ese punto hacían alusión este domingo fuentes cercanas a la exmandataria para remarcar su posición de que “nunca fue escuchada” y al detalle que agregó en aquella misma misiva: “En las primeras 18 reuniones, la última de ellas el 07/09/2021, siempre le plantee al Presidente lo que para mí constituía una delicada situación social y que se traducía, entre otras cosas, en atraso salarial, descontrol de precios -especialmente en alimentos y remedios- y falta de trabajo, sin desconocer, obviamente, el impacto de las dos pandemias: la macrista primero y la sanitaria a los 99 días de haber asumido el gobierno. Igualmente siempre remarqué la falta de efectividad en distintas áreas de gobierno”. Desde entonces la interna a “cielo abierto” del Gobierno fue incesante y la jornada electoral no fue la excepción.
Fernández ya estaba de vuelta en Olivos cuando se conocieron las palabras de Kirchner, en Río Gallegos, con todos los medios a su alrededor. Había votado, solo y temprano, en la Universidad Católica Argentina (UCA). Su arribo al lugar fue casi calcado al de las PASO y diferente a 2021 y 2019, cuando llegó acompañado por su pareja, Fabiola Yañez. En aquellas oportunidades hicieron luego actividades públicas, como un desayuno en Boedo, nada de todo eso sucedió hoy en una imagen que retrata la soledad política de Fernández. Algo que se replicó también en los últimos viajes, cada vez menos acompañado.
En la UCA, al ser consultado por su futuro político, el mandatario respondió: “Eso no importa”. Para sus propios compañeros de coalición, sí. Lo quieren lo más lejos posible. Cristina Kirchner verbalizó su distancia hoy, como desde hace dos años, hoy. Sergio Massa le hizo saber su malestar diez días atrás por la denuncia contra Javier Milei. En el comando de campaña coinciden que, solo y marginado, a Fernández solo le queda el “poder de daño” y que logró convertir la Casa Rosada “en un museo”, por su casi nula actividad, pese a ser la sede del Gobierno Nacional.